• La música es un vehículo óptimo
    para recorrer el espacio interior y descubrir
    nuestra gran capacidad para sentir.

    Sonido y música constituyen un elemento
    base de nuestro ser. Con las nuevas tecnologías empezamos a ver realmente hasta qué nivel dependemos de ello.

    El sonido es también un sistema de comunicación para el cuerpo, activando reacciones corporales emociones comprobables a nivel fisiológico. A través del uso consciente del sonido la música se abre una puerta para acceder a un mayor contacto con las emociones o descubrir y trabajar conflictos profundos.

    En las últimas décadas los científicos están descubriendo que el sonido regula algunos procesos fisiológicos.

    Cuando los neurotransmisores se unen a los receptores ubicados en la parte exterior de las células regulan la digestión, la producción de hormonas y las reacciones del sistema endocrino, también estimulan el crecimiento y activan las emociones.

    Existen básicamente tres tipos de sonidos que podemos oír:

    Puros, los diapasones ayudan a relajar y soltar la tensión. Resuenan en el núcleo de las células.

    No-Lineales, los instrumentos de percusión activan o deshacen la tensión. Resuenan en la pelvis y en las piernas.

    Lineales, el sonido de los instrumentos clásicos contribuye a crear armonía, equilibrio y coherencia en el cuerpo.
    Resuenan en todo el organismo pero su acción se ejerce a distintas profundidades dependiendo del instrumento.

    Los de metal inciden por común del núcleo al centro del cuerpo. Los de cuerda resuenan entre el plano medio y la superficie del cuerpo.

    El piano y otros instrumentos de teclado trabajan en
    la superficie del cuerpo.





    GloriaV
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